“‘NO LO OLVIDARÉ JAMÁS”: LAUTARO Y EL GESTO INOLVIDABLE DE MESSI | HO 

El fútbol, más allá de los goles y las victorias, es un deporte donde la camaradería, la generosidad y los gestos de liderazgo juegan un papel fundamental. En este sentido, uno de los momentos más conmovedores en la carrera de Lionel Messi ocurrió el 15 de junio de 2024, durante un amistoso entre Argentina y Guatemala. Fue en ese partido donde Messi, una vez más, demostró que su grandeza no solo reside en su talento con el balón, sino también en su capacidad de liderazgo y altruismo.

El contexto era clave. Lautaro Martínez, delantero de la selección argentina, estaba atravesando una racha complicada sin goles, lo que había comenzado a generar dudas sobre su rendimiento. En el fútbol, las críticas y la falta de goles pueden pesar enormemente sobre la confianza de un delantero. Lautaro no era la excepción; cada partido sin marcar se sentía como una carga más que debía soportar. Era evidente que necesitaba un impulso moral para recuperar su nivel de confianza.

En ese contexto, un gesto sencillo pero cargado de simbolismo ocurrió durante el segundo tiempo del encuentro entre Argentina y Guatemala, que se jugaba en el DRV PNK Stadium de Miami. Argentina ya tenía una ventaja cómoda en el marcador, y el equipo obtuvo un penalti a su favor. Como es habitual, la expectativa era que Lionel Messi, el capitán y líder indiscutido del equipo, asumiera la responsabilidad de ejecutar el penalti.

Sin embargo, lo que sucedió a continuación sorprendió a todos. Tras un breve intercambio de miradas con Lautaro, Messi decidió cederle el balón a su compañero, dándole la oportunidad de ejecutar el penalti y, con suerte, romper su sequía goleadora. Este acto de generosidad no solo fue un gesto de confianza en Lautaro, sino también una demostración de liderazgo en su forma más pura: poner a un compañero por encima de uno mismo en un momento crucial.

Lautaro, visiblemente emocionado y agradecido, no solo anotó el gol con gran precisión, sino que, al hacerlo, se deshizo de una gran carga emocional. El gol no solo significaba el regreso al marcador, sino también un punto de inflexión en su confianza. Tras la anotación, Lautaro corrió rápidamente hacia Messi, quien lo abrazó con una sonrisa, como un mentor que celebra el logro de su discípulo. En sus declaraciones posteriores al partido, Lautaro expresó lo que ese momento significó para él: “Lo miré y me lo dio. Le agradezco públicamente, porque es el gesto de un grande. No hace falta decirlo, pero él es un señor dentro y fuera de la cancha.”

Este gesto de Messi, lejos de ser un acto aislado, se enmarca dentro de una filosofía de equipo que siempre ha caracterizado al astro argentino. A lo largo de su carrera, Messi ha demostrado una y otra vez que su grandeza no se mide únicamente por los títulos ganados o los goles marcados, sino por cómo influye positivamente en quienes lo rodean. Ya sea cediendo un penalti a un compañero que atraviesa un mal momento o asegurándose de que sus logros individuales no opaquen los del equipo, Messi ha sido un líder generoso y desinteresado.

La decisión de Messi de cederle el penalti a Lautaro también reflejó su profunda comprensión de la psicología de un futbolista. Los delanteros viven y mueren por los goles, y en momentos de crisis, un simple gesto de apoyo puede ser suficiente para devolverles la confianza perdida. Lautaro, quien en ese momento necesitaba con urgencia una chispa para recuperar su mejor versión, no solo recibió un gol, sino también una muestra clara de que su capitán creía en él. Este acto de Messi también fortaleció la cohesión del grupo, un aspecto fundamental en cualquier equipo exitoso.

Más allá de ese partido, el impacto de ese gol fue tangible. Lautaro Martínez, inspirado por el gesto de su capitán, se reencontró con el gol en los partidos siguientes, siendo uno de los máximos goleadores de la Copa América 2024. En cada gol que anotó, Lautaro celebraba con una dedicatoria simbólica a Messi, mostrando su eterno agradecimiento. En un partido contra Perú, tras marcar un gol decisivo, corrió hacia el banco de suplentes para abrazar a Messi, en un gesto que subrayó la importancia de ese apoyo recibido.

Este tipo de gestos de Messi, que anteponen el bienestar y el éxito de los demás a su propio protagonismo, no son exclusivos de su etapa en la selección argentina. En el FC Barcelona, durante la temporada 2015-2016, Messi sorprendió a todos al ceder un penalti a Luis Suárez en un partido contra el Celta de Vigo, permitiéndole al uruguayo aumentar su cuenta goleadora. Este acto de generosidad, aunque aparentemente pequeño, subrayó el deseo de Messi de compartir los logros y de fomentar el espíritu de equipo.

Incluso en la Copa América 2021, en la que Argentina rompió una larga sequía sin títulos importantes, Messi, tras la victoria ante Brasil, se aseguró de destacar el trabajo de sus compañeros. Aunque ese torneo representó un logro trascendental para él, al fin conseguir su primer título con la selección argentina, Messi prefirió compartir el protagonismo con aquellos que lo habían acompañado en el camino, reafirmando una vez más que su grandeza no radica en los trofeos individuales, sino en el equipo y en la unidad que construye alrededor de él.

La relación entre Messi y Lautaro Martínez va más allá del campo de juego. Desde que Lautaro llegó a la selección argentina, ha visto en Messi no solo a un compañero, sino a un mentor. Lautaro ha mencionado en varias entrevistas cómo Messi le ha brindado consejos valiosos sobre cómo manejar la presión y cómo mantenerse enfocado en los momentos más difíciles de su carrera. Esa conexión entre ambos jugadores, basada en el respeto y la admiración mutua, se ha fortalecido con el tiempo, y el gesto de cederle el penalti a Lautaro en el amistoso contra Guatemala es solo un reflejo de esta relación tan especial.

Messi, a lo largo de su carrera, ha demostrado que su verdadera grandeza radica no solo en los títulos ganados o en su habilidad técnica, sino también en su capacidad para liderar con humildad, generosidad y respeto. En un deporte en el que a menudo el protagonismo se disputa entre jugadores, Messi ha mostrado una y otra vez que lo que realmente importa es el éxito colectivo, el bienestar del equipo y la forma en que se apoyan entre sí.

A lo largo de los años, Messi ha dejado claro que, en última instancia, el fútbol es un deporte de equipo. Su liderazgo no se basa únicamente en lo que hace dentro del campo, sino también en cómo influye en la cultura y la mentalidad del equipo fuera de él. Desde su llegada al Inter Miami, ha seguido demostrando su compromiso con la cohesión del grupo, sirviendo como mentor para los jóvenes jugadores y transformando la cultura del club con su dedicación, profesionalismo y ética de trabajo.

El legado de Lionel Messi no solo se mide por sus goles, títulos y récords. Su verdadera grandeza radica en los innumerables gestos de humildad, generosidad y liderazgo que ha demostrado a lo largo de su carrera. El gesto hacia Lautaro Martínez en el partido contra Guatemala es solo un capítulo más en la historia de un jugador que sigue redefiniendo lo que significa ser un líder en el fútbol moderno. A través de acciones simples pero profundamente significativas, Messi continúa inspirando a sus compañeros y mostrando al mundo que el verdadero éxito radica en elevar a quienes nos rodean.